TURANDOT
La acción transcurre en Pekín, en la China Imperial, en época legendaria
ACTO PRIMERO
Ante las murallas de Pekín
El pueblo de Pekín escucha la proclama de un mandarín (Popolo di Pechino). Mediante ésta se recuerda a todo el mundo que la princesa Turandot solo se casará con aquel pretendiente de sangre real que responda correctamente a los tres acertijos propuestos por la princesa. Si no es así, el pretendiente morirá. Acto seguido se hace saber que el último pretendiente, el Príncipe de Persia, ha fallado y, por lo tanto, será decapitado en cuanto salga la luna. La noticia excita a la multitud, siempre sedienta de sangre, que acude en masa para presenciar la ejecución.
En medio de la multitud hay un anciano ciego, acompañado por una joven esclava que lo guía. No son otros que Timur, el destronado rey de los tártaros, y la esclava Liù. El ciego, empujado por la gente, cae al suelo y es ayudado a levantarse por un desconocido. Éste no es otro que su propio hijo, Calaf (el nombre del cual no se descubrirá hasta el final de la ópera). El hijo reconoce inmediatamente a su padre. Timur, feliz por haber encontrado a su hijo, le explica su historia, cómo la pequeña esclava Liù le ha hecho de guía desde el momento de su caída del poder. Calaf pregunta a la muchacha el por qué de esta actitud tan generosa y ella responde que lo hace porque una vez, hace ya tiempo, en el palacio, él le dedicó una sonrisa.
Aparece el verdugo Pu-Tin-Pao, aclamado por el pueblo (Gira la cote!). Poco después, el Príncipe de Persia es arrastrado al suplicio y el pueblo pide clemencia, pero la princesa Turandot se muestra un momento para ordenar al verdugo que proceda. Calaf, que hasta entonces miraba el espectáculo con desprecio, queda completamente atónito por la belleza de la princesa (O divina bellezza! O meraviglia!) y de repente decide, contra las súplicas de su padre y de Liù, presentarse como candidato a la mano de Turandot. Cuando está a punto de golpear el preceptivo gong, aparecen los tres ministros Ping, Pang y Pong para intentar convencerlo de que no se arriesgue ya que, al fin y al cabo, Turandot solo es una mujer (Fermo! Che fai? T’arresta!). Liù suplica dramáticamente al príncipe que no lo haga (Signore ascolta), pero Calaf le dice tiernamente que ya es tarde (Non piangere Liù): está decidido a hacerlo; si pierde la vida en el intento le pide que no deje solo al viejo Timur. Calaf golpea tres veces el gong.
ACTO SEGUNDO
Escena primera
El pabellón de los ministros en el Palacio Imperial
Ping, Pang y Pong comentan la mala vida que tienen por culpa de la actitud de la princesa (Olà, Pang! Olà, Pong!). Están hartos de tanta sangre derramada por los pretendientes, la lista de los cuales repasan. Lo que querrían es participar en los preparativos de la boda. Acaban su intervención suspirando por retirarse a sus fincas (Ho una casa nell’ Honan). Se oyen las trompetas que los convocan a la ceremonia del enésimo pretendiente.
Escena segunda
Una gran plaza delante del Palacio Imperial
Llega un gran gentío: pueblo, ministros, guardias y cortesanos, para esperar la llegada del Emperador Altoum, que tiene que presidir la ceremonia. Éste entra y es aclamado por el pueblo (Diecimila anni al nostro Imperatore!). El mismo Emperador también está cansado de tanta sangre y tanta muerte e intenta advertir al joven pretendiente que aún está a tiempo de retirarse (Un giuramento atroce mi costringe). Calaf, sin embargo, dice que no. El mandarín lee el edicto que recuerda el procedimiento.
Aparece en escena Turandot y explica a todo el mundo el por qué de su actitud cruel con los pretendientes (In questa reggia). Todo es para vengar a una antepasada suya, la princesa Lou Ling, que fue violada y muerta por un extranjero tiempo atrás. Entonces, ella ha decidido no ser de nadie e imponer la prueba mortal a todos los príncipes que vienen de todas partes para hacerla suya. Acto seguido, ella misma propone los tres enigmas. Calaf responde correctamente a los tres: la esperanza, la sangre y Turandot. Todo el mundo celebra el fin de las macabras pruebas, pero Turandot no acepta haber perdido y suplica a su padre que no la entregue a este extranjero (Figlio del cielo! Padre augusto!). El Emperador, sin embargo, responde que así lo juró. Calaf, al ver la resistencia de Turandot, y puesto que no la quiere tener por la fuerza, le propone a su vez otro acertijo: ella no conoce su nombre; si lo llega a saber antes del alba, él morirá (Tre enigmi m’hai proposto). Turandot acepta.
ACTO TERCERO
Escena primera
Los jardines del Palacio Imperial. Es de noche
Turandot ha ordenado, bajo pena de muerte, que nadie duerma en Pekín y que todo el mundo se dedique a averiguar el nombre del príncipe ignoto. Éste, entonces, reflexiona sobre la situación y se muestra convencido de su victoria sobre la fría Turandot (Nessun dorma). Ping, Pang y Pong se presentan para convencerlo de que acabe de una vez con la situación: a cambio le ofrecen mujeres y riquezas, pero Calaf se mantiene firme en su decisión.
Llegan unos guardias llevando con ellos a Timur y Liù. Alguien los ha visto hablando con el príncipe y deducen, correctamente, que conocen su nombre. También Turandot hace entonces acto de presencia y el verdugo empieza a torturar a Liù que ha confesado ser la única que conoce el nombre. La esclava ofrece una resistencia sobrehumana y no dice el nombre. Entonces, la princesa le pregunta qué es lo que le da la fuerza interior para soportar tal dolor (Chi posse tanta forza nel tuo cuore?) y Liù le responde: el amor. Entonces manifiesta que callando le da a su señor (Calaf) el amor (de Turandot); éste es el supremo sacrificio del gran amor que siente por él (Tanto amore segreto). Advierte a la princesa que ella, hecha de hielo, también se rendirá al amor (Tu che di gel sei cinta). Y como ve que se encuentra en el límite de su resistencia, arrebata un puñal a un soldado y se da muerte.
Todos lloran la muerte de la dulce Liù, sobretodo el viejo Timur. Perturbado por los hechos, Calaf se enfrenta con rabia a Turandot, reprochándole su frialdad al derramar sangre inocente (Principessa di morte! Principessa di gelo!). Sigue un largo diálogo entre los dos en el que Turandot, poco a poco, va perdiendo su rígida actitud y, finalmente, Calaf besa apasionadamente a la princesa. Sale el sol y suenan las trompetas del palacio, al mismo tiempo que Calaf confiesa su nombre (Io son Calaf, figlio di Timur!).
Escena segunda
Delante del Palacio Imperial
El Emperador y toda la corte comparecen ante el pueblo (Diecimila anni al nostro Imperatore!). Turandot dice a su padre que ya conoce el nombre del extranjero: su nombre es ‘Amor’ (Il suo nome è... Amor). El pueblo estalla de alegría, glorificando al amor (Amor! O sole! Vita! Eternità!).
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