ACTO PRIMERO
La plaza del pueblo
Los segadores descansan el la plaza después de una joranda de trabajo (Bel conforto al mietitore), mientras Adina, una joven y rica lugareña, pasa el tiempo leyendo un libro. Nemorino, joven pobre y de pocas luces, enamorado de Adina, canta sus alabanzas (Quanto è bella, quanto è cara).
La joven, divertida, explica a todo el mundo qué está leyendo: se trata de la leyenda de Tristán e isolda, que se enamoraron gracias a un filtro de amor (Della crudele Isotta). Nemorino, al oirlo, piensa que a él també le vendría bien encontrar un brebaje parecido; quizá de esta manera Adina se fijaría en él.
De pronto, entra un batallón de soldados, dirigidos por el arrogante sargento Belcore. Éste, nada más llegar, ya intenta seducir Adina (Come Paride vezzoso) y le pide matrimonio.
Una vez todo el mundo se ha ido, Adina y Nemorino quedan solos. Ella le quiere hacer ver que se esfuerza en vano en enamorarla puesto que ella es de las que creen en el hecho de cambiar cada día de amante (Chiedi all’aura lusinghiera).
En un momento, todo el pueblo vuelve a animarse (Che vuol dire codesta suonata?). Ahora es el turno de un charlatán vendedor de pociones y milagros diversos, el Dottor Dulcamara, que llega con gran pompa e impresiona a todos los campesinos cantando las virtudes de un remedio que lo cura todo (Udite, udite, o rustici).
Nemorino ve en el recién llegado su esperanza: quizá éste le pueda proporcionar el elixir de amor que tanto desea. Así se lo pide a Dulcamara (Voglio dire, lo stupendo elisir), el cual se da cuenta rápidamente que Nemorino no está del todo en sus cabales y, siguiéndole la corriente, le vende una botella de vino de Burdeos como si fuera un elixir de poder universal.
Nemorino empieza a beber de la botella (Caro elisir! Sei mio!) y cree empezar a sentir los efestos. Esto le da confianza hacia Adina, a quien trata con indiferencia (Esulti pur la barbara). Ésta se enfada y, en venganza, acepta las proposiciones matrimoniales deEi corregge ogni difetto Belcore (In guerra ed in amor). La boda tendrá lugar dentro de seis dias. Nemorino se lo toma a broma, ya que está convencida de que, antes de esto, Adina será suya.
Llega un correo que ordena a los militares abandonar el pueblo al día siguiente. La boda se tiene que celebrar, pues, ese mismo día. Nemorino se desepera ya que, según le ha dicho Dulcamara, el elixir no hará efecto antes de veinticuatro horas. Por esto ruega a Adina que retrase un día la ceremonia (Adina credimi), pero nadie le hace caso y el acto acaba en medio de la alegría general (excepto para Nemorino, está claro).
ACTO SEGUNDO
La plaza del pueblo
Tiene lugar la fiesta nupcial de Adina y Belcore (Cantiamo, facciam brindisi). Dulcamara y la novia cantan una baracarola (Io son ricco e tu sei bella). Nemorino no está presente; Adina está enfadada por este motivo y decide retrasar la firma del contrato nupcial. Todo el mundo se va.
Nemorino está desesperado y Dulcamara le recomienda reforzar el efecto del elixir con una segunda botella, pero el pobre enamorado no tiene dinero.
Llega Belcore y le dice que, para tenerlo, lo mejor es hacerse soldado (Venti scudi!). Nemorino le hace caso y se compromete con el ejército; a cambio, Belcore le entrega veinte escudos. Ahora ya puede comprar otro frasco de elixir. Así lo hace y se lo bebe.
El efecto milagroso se produce casi de inmediato. Ginaetta y otras muchachas del pueblo saben que el tío de Nemorino acaba de morir, éste ha heredado y ahora es riquísimo (Saria possibile?). En consecuencia, todas lo rodean y lo miman.
Nemorino, que no sabe nada, piensa que es el efecto del brebaje; Adina lo veu i se enfada mucho. Dulcamara, por su parte, no puede creer lo que está viendo (Dell’elisir mirabile). El feriante explica a Adina de qué ha sido capaz Nemorino con tal de enamorarla. La joven, entonces, lo ve todo claro y rechaza el ofrecimiento de elixir que le hace Dulcamara: ella no lo necesita (Quanto amore).
Solo, Nemorino reflexiona sobre el amor y la reacción que ha visto en Adina en la escena anterior (Una furtiva lagrima). Ahora sí, cree de veras que la joven lo ama.
Adina ha recomprado a Belcore el contrato de Nemorino y lo devuelve a éste (Prendi, per me sei libero). Despué de un tira y afloja, la jove le confiesa su amor. Los dos enamorados se unen en un duo lleno de felicidad.
Ha llegado la hora de abandonar el pueblo para Dulcamara. Se va en medio de un gran triunfo, loando las grandes virtudes de su elixir que todo lo cura, da el amor, la felicidad y también el dinero. Belcore, furioso, lo maldice, pero Nemorino, Adina, Gianetta y todo el pueblo lo despiden con gran alegría (Ei corregge ogni difetto).
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